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LEE TAMARGO

OJOS DE GATO

OJOS DE GATO Era la única mesa ocupada, al fondo entre las columnas. Y la única a la que se podía oir en toda la Cantina. Los cuatro hombres vociferaban transformando la partida en un espectáculo de insultos y juramentos malsonantes. El más bravucón golpeaba con el codo en la mesa cada vez que perdía, desordenando las fichas sobre el tapete con lo que, de nuevo, aumentaba el griterío. Era un hombre corpulento, de anchas espaldas y larga cabellera. Su gran vozarrón, ronco y grave, revelaba que era quien mandaba en el grupo. Detrás suyo, sentada en la silla con las rodillas juntas y los brazos caídos a cada lado, la pequeña niña contemplaba el juego con un semblante triste, casi alicaído. Su mirada rasgada, tez pálida y cabello azabache hablaban que venía de muy lejos.
A El Montañés le llamó la atención la hermética rigidez de la niña en medio de aquel alboroto. En plena bronca del vocerío, el bravucón se volvía hacia atrás de vez en cuando para comprobar que la niña seguía allí sin moverse. El Montañés apuró el vaso de un trago y ni un solo pelo de su barba salvaje se perturbó cuando la voz del bravucón se dirigió a él, increpándole para que acercara la botella. El Montañés no era hombre de muchas palabras y tampoco había llegado hasta allí para obedecer los caprichos de ningún truhán ni para reir sus bufonadas, así que siguió de espaldas a la mesa. Los pocos clientes que quedaban en la Cantina casi salieron al tiempo, como si todos se hubieran puesto de acuerdo. El bravucón preguntó de nuevo y, sin dejar de gritar en tono agresivo, se levantó de su asiento para dirigirse al forastero de la barra que tan indiferente le ignoraba. Cuando extendía su mano para alcanzar el hombro de El Montañés, este se revolvió con la celeridad del rayo y, de un tajo, le seccionó el antebrazo. El rostro de estupor del aguerrido fortachón quedó firmado por el otro filo del machete con una rúbrica de sangre en su cuello velludo. No había acabado aún de desmoronarse como una pesada torre cuando el silbante vuelo del machete cruzó la cantina para clavarse en el pecho del lugarteniente que ya se incorporaba a la pelea. De los otros dos, uno cayó con el primer disparo; y el otro, al intentar correr hacia la puerta para huir.
El Montañés cogió de la mano a la niña que, sin oponerse, subió con él a la grupa de la yegua. Ya caía la tarde sobre el cerro cuando soltó a la niña a la entrada de la aldea. Cuando ella echó a correr parecía conocer hacia dónde se dirigía... También parecía conocerla la anciana que, con los brazos abiertos, corría hacia ella. El Montañés aún pudo entender su nombre, a pesar de que ya se encaminaba hacia las afueras del pueblo. En el lenguaje nativo de los Runya su nombre quiere decir “Ojos de Gato”.
El cielo se tiñó de rojos y púrpuras y aún se dejó escuchar el sonido vivo del bosque, antes de que la noche cayera a plomo sobre el llano. Con un fuego lento engañó la soledad de las primeras estrellas. Luego, envuelto en su jarapa de piel, junto al fusil, observó el halo de luna con los ojos cerrados.
...El río maullaba silencios y la noche se mecía con una nana de olvidos.

*("Episodios Sueltos De Una Leyenda Incompleta", de Luis Tamargo).-
http://relatosweb.tuportal.com/elmontanes.html

7 comentarios

LeeTamargo -

...Lo sé, amiga Brisa. Supongo que tú como a los que nos inquieta este arte de escribir reconocemos enseguida lo que nos gustaría y lo que quisiéramos hacer, pero ninguno podemos dar normas o fórmulas de manual, sólo consejos, simples apuntes. Porque luego has de ponerte a solas a escribir y escribir, no hay otro modo.
Supongo que algo innato hay, pues me inclino por este arte y no por otro; además disfruto con ello, algo que para algunos cuesta comprender. Sin embargo, no hay otro camino: escribir y escribir. Y leer.
TE SALUDO: LeeTamargo.-

LeeTamargo -

...Los episodios de El Montañés, aunque los escribí hace tiempo permanecen frescos pues el género de aventuras siempre atrae a los espíritus jóvenes. Todos aprendemos y me alegro, Mary!
GRACIAS A TI: LeeTamargo.-

Brisa -

Lee, eres versátil, haces unas descripciones increíbles, ¿donde, como has aprendido a hacerlo así? ¿Es innato? A mi me encantaría escribir así de bien!! (Y no es coba, creo q no necesitaba aclararlo, tú ya lo debes saber :)
Un abrazo de Brisa.

_Mary_ -

¡¡Luis!!
(Permiso para hacerlo, "Lee" en un nick).
Este relato fue lo primero que leí de ti. Muy interesante, muy bonito.
Saludos amigo, desde mi México lindo y querido.

P.D. También aprendo mucho aquí, como dices que aprendes en mi espacio, gracias amigo.

Corazòn... -

Sì, tienes mucha razòn no me perdì de nada, por que solo basta bajar o subir el cursor y leer los textos no leidos.
Un saludo.

;o)

LeeTamargo -

...Gracias, Corazón, ya veo que volviste. No te perdiste nada y si así ocurriera no dudes en decírmelo,¿OK?
VUELVO A SALUDAR:
LeeTamargo.-

Corazòn... -

Hola Lee :)
Q gusto me da volver a saludarle...

Me estoy deleitando con los textos q me habìa perdido... por cierto muy buenos como todo lo q escribes...
Saludos y hasta pronto!

;o)