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LEE TAMARGO

VECINOS LEJANOS

VECINOS LEJANOS


Fue una mañana en la playa, durante sus vacaciones, que sintió aquella extraña pulsación en los dedos de la mano. Recordaba con intensidad aquella primera vez, incluso levantó la toalla para observar si debajo se hallaba algo que pudiera haberse movido, pues tal fue la sensación al principio. Era un breve latido, primero intermitente, que causaba la impresión de tener la mano dormida ni siquiera tenía dominio sobre el movimiento. No quiso darlo importancia, pensó que se trataría de algo pasajero, pero luego volvió a repetirse mientras trabajaba en la oficina. Era la mano entera que, tras un fuerte latido continuado, se quedaba flotando, inerte, como si no le perteneciera. Entonces no tuvo más remedio que contárselo a Lucy, no quería preocuparla inútilmente, pero la incómoda sensación parecía ir en aumento y ahora era el antebrazo el que latía vigorosamente dejándole anulada hasta la voluntad, tan sólo podía sentirlo.
   Por eso fue al médico, siguiendo el consejo de Lucy y también para calmar su creciente preocupación. Pero Lucy tampoco encontraba nada en apariencia anormal, tan sólo le notaba absorto en ocasiones, tal vez demasiado distante. Ella lo achacaba al exceso de trabajo en el nuevo Gabinete de abogados y a aquellos duros y largos casos que en el último año le habían ocupado todo el tiempo y atención. También el médico le dio la razón al estrés y, además, en verano resultaba normal que la tensión arterial descendiese algo más de lo habitual. Sin embargo, sus recomendaciones de beber líquido, cuidar la dieta y de moderado ejercicio no convencieron ni apaciguaron lo que ya se había convertido para él en algo más que una obsesión.
   Aquel persistente latido ya le alcanzaba todo el brazo, se queda así enajenado durante un tiempo difícil de determinar para él, no eran minutos, pero le parecían horas. Lo peor era por las noches, no podía dormir, se agarraba el brazo, intentaba masajearse el hombro para terminar por aguantárselo como si se tratara de una parte extraña a su cuerpo. No era dolor lo que le transmitía aquella intensa pulsación, le obligaba a permanecer inmóvil, podía sentir y percibir, consciente, pero sin poder decidir o hacer nada.
   Hasta que un día durante una sesión de trabajo los compañeros notaron que algo raro le sucedía, incluso el letrado tuvo que suspender la vista judicial ante su repentina indisposición. Lo llevaron al hospital y, sin perder el sentido, pudo seguir cada movimiento de los clínicos para analizar y tratar de reaccionar contra aquella anómala parálisis, aunque sin éxito. Le alarmó aún más el gesto de asombro e impotencia de los médicos, ni siquiera reaccionó con aquellas enormes inyecciones que le proporcionaron y, aunque se daba cuenta de todo, le resultaba imposible comunicarse. No sabía decir cuántos días, tal vez semanas, permaneció así ingresado, vigilado, sometido a riguroso tratamiento. El latido para entonces ya era uno con él, le abarcaba el pecho y el otro brazo y, si le hubieran preguntado y hubiera podido responder, habría manifestado que ya no le molestaba tanto, que se había casi acostumbrado...
   Pero lo que en realidad deseaba era preguntar, porque desde que lo trasladaron al zoológico su vida había dado un giro costoso de asimilar. No sólo por el tipo de comida y la sordidez de las instalaciones sino, sobre todo, por aquellos otros acompañantes que estaban con él dentro de la celda. Seis de ellos eran como él, se notaba en la mirada triste, no hacía falta que hablaran, pero los otros dos eran auténticas bestias que, con agresivos gestos, amenazantes, intimidaban al resto. Suerte que se mantenían apartados del grupo y ayudaban así a no complicar la ya de por sí delicada convivencia, por lo que se cuidaba mucho de no traspasar aquella invisible frontera.
   Una mañana pudo reconocer entre el público visitante a uno de sus jefes acompañado de una chica joven, ni era su esposa ni la amante, al menos la última que él llegó a conocer. Además, aunque hubiese podido dirigirse a él tampoco el aprecio que le dispensaba le habría animado. Sin embargo, la otra tarde vio a sus antiguos vecinos con sus cuatro hijos, todos niños y todos rubios, de un rubio brillante, de esos que llama la atención. Estaban bastante crecidos, no había vuelto a verles desde que marcharon a vivir a la costa este. No pudo evitar acordarse de Lucy y los mellizos... Uno de los pequeños rubios tiró al padre de la manga, señalándole...
-¡El gorila... está llorando, papá!
   Tras los barrotes el animal les contemplaba con cierto interés, cualquiera diría por sus rasgos que un lejano parentesco les unía...
-¡Anda, hijo, vamos...! Déjate de tonterías, mira aquellos otros...

 
 




*”Es Una Colección de Cuadernos Con Corazón”, (c) Luis Tamargo.-

http://soncuadernos.galeon.com/tecontarepdf.pdf
 

22 comentarios

LeeTamargo -

...Ssht, Gatopardo, ¡no lo digas tan alto, que nos descubren, amiga! Se agradece, algo mono sí ha quedado. Siempre bienvenida... TE SALUDO:
LeeTamargo.-

Gatopardo -

Yo lo hice mejor: no dejé que supieran que no era como ellos, y no me encerraron en el zoológico.
Hay muchos como yo, ya sabes, y algún día los animales lograremos imponer el respeto a nuestra superioridad moral.
Es muy bueno tu relato.
Un abrazo fraternal.

LeeTamargo -

...Dentro de ese amplio espectro, Zuriñe, solemos corresponder con un flaco favor al reino animal. No sólo somos capaces de deshumanizarnos sino de transformarnos en las bestias más irracionales...
GRACIAS, AMIGA: LeeTamargo.-

LeeTamargo -

...Estoy de acuerdo contigo, Tautina, es una locura. Pero si Kafka levantara la cabeza sería ya para mondarse de la risa... GRACIAS A TI:
LeeTamargo.-

Zuriñe -

Se nos olvida tan fácilmente nuestra procedencia. Sorprendente relato. Mundo animal, mundo humano, mundo de seres vivos que tienen el mismo punto de partida, una bacteria...

Tautina -

Si que es para volverse loco, un relato muy kafkiano. Interesante.
Besos

LeeTamargo -

...Tu interpretación está perfecta, Corita, sobre todo porque es tuya y nadie puede imponerte su criterio. La historia del relato es abierta y, si te serví para esa reflexión, mereció la pena, amiga. Si ahora o después fuéramos a convertirnos en monos tal vez arreglaríamos nuestra vida de otra forma...
Te agradezco que expreses tu opinión así, libre y desinteresada, porque la libertad es para eso, amiga... GRACIAS A TI:
LeeTamargo.-

LeeTamargo -

...Así es, Noemí, la vida siempre nos sorprende y enseña. ¡Y pobre de aquel que así no lo acepte porque corre el riesgo de convertirse en... Jejeje!
SALUDÁNDOTE: LeeTamargo.-

LeeTamargo -

...Sólo que en este caso la reencarnación no era voluntaria, Alma. Pero el hecho insólito de la mutación nos muestra la posibilidad de interpretar la vida de muchas y variadas formas y, por tanto, de apreciar lo que tenemos y mejorarlo...
GRACIAS, AMIGA: LeeTamargo.-

LeeTamargo -

...Cierto, White, sobre todo el mundo de la abogacía es proclive a este tipo de rarezas. Se trata de una selva donde la justicia a veces no queda garantizada y nadie está libre de casos aún más raros. Gracias por tu lectura, amiga...
TE SALUDO: LeeTamargo.-

Corazón... -

Buen día Lee :)

Este relato me muestra que somos todo y nada a la vez. Que hoy podemos estar en la cúspide de la vida y mañana caer :( También me enseña que nos olvidamos de esos pequeños detalles que sumados hacen una fortuna. Los olvidamos por lo rápido que vivimos la vida. Ja! Me has recordado que el día tiene 24 horas y que sería bueno distribuirlos muy bien a manera de que tenga un poquito de tiempo para todo y no me vaya a pasar lo del protagonista :( ¿Está bien mi interpretación?

**********

Lee, disculpa solo decirte algo; "dicen que si ignoramos a nuestros agresores les duele más que decirles mil palabras".

Yo creo que sí y en México decimos "a chillidos de cerdo, oídos de carnicero". Lo siento pero tenía que decirlo :(

Saludos!

;o)

noemi -

Si, sí, no sabemos nunca que somos en realidad, y a veces la vida nos sorprende enseñándonoslo.

Besitos , Lee

alma -

Algo así como reencarnarse en vida. Dos en una...un juego de posibilidades
Saludos, Lee

white -

Los hombres convirtiéndose en monos, la gripe monaria?
A mi me gustó el relato, metáfora del aislamiento y la soledad al que muchos humanos se ven sometidos tras las rejas de sus trabajos o sus monotonías?
Saluditos

LeeTamargo -

...Debe de ser terrible, sí, Trini, contemplar a conocidos o amigos tras las verjas sin que te reconozcan, sin poder pedir ayuda, mezclado con auténticos gorilas... ¿A que sí, Trini? La fantasía nos ayuda a reflexionar sobre el otro lado de la realidad, a recabar atención en detalles en los que antes apenas nos fijábamos...
GRACIAS, AMIGA: LeeTamargo.-

LeeTamargo -

...Es que es para volverse loco, Luunna, ¿no crees? La transformación en simio le llevó a los médicos que, ante la rareza del caso, le confinaron al olvido del zoológico. A veces he observado a los animales detrás de las rejas y parecen tan (iba a decir humanos)... ¡Es sólo un relato de ficción ,amiga!
OK, NOS LEEMOS:
LeeTamargo.-

LeeTamargo -

...Este es el caso, Odyseo, la ficción fantástica nos deja divagar fuera de la lógica para mostrarnos que el sinsentido tiene también otro sentido...
GRACIAS, AMIGO: LeeTamargo.-

Trini -

Que terrible no? que por una enfermedad, de la noche a la maána te conviertas en otro ser, en este caso animal, y no puedas regresar a tu casa, a tus posesiones, a los que quieres.

Abrazos

Luunna -

Tuve que leerlo dos veces para poder entender,igual le di otra interpretacion,me parecia que el protagonista se volvio loco,estaba en un hospital psiquiatrico, pero no era el que estaba en un zoologico..raro.
Un abrazo Lee te sigo leyendo
Luunna

odyseo -

sí, estoy contigo en que no siempre hay que contarlo todo, no siempre es necesario que todo encaje y tenga un sentido lógico. Ahí está la magia de la literatura más creativa.

LeeTamargo -

...Tal vez resulte extraño que alguien se convierta en mono y su vida cambie de repente. Se trata de un hecho fantástico, literario, raro, al que tampoco hace falta buscarle aclaración científica. No hay por qué analizar y explicarlo todo, Sabbat, esta historia es así: leer a veces es dejar una puerta abierta a la ficción, a la fantasía, a un imposible...
SALUDOS, SABBAT:
LeeTamargo.-

sabbat -

Un relato extraño Lee. Yo diría que no nos cuentas algo o que a mí se me escapa. Pero me gustó

Saludos :)